Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, el fenómeno El Niño es uno de los eventos climáticos más predecibles del planeta. Sin embargo, el último evento ha dificultado la labor de la comunidad de científica en encontrar una tendencia para mantener prevenida a la población.
Los meteorólogos mantienen una vigilancia constante en los cambios del clima a través del uso de datos de satélites. Para el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (JPL), El Niño todavía tiene una intensidad fuerte.
“En 2014, la corriente de El Niño ‘nos bromeó’, fue vacilante. Pero a principios de 2015, las condiciones atmosféricas cambiaron y se expandió en el Pacífico central y oriental. La altura de la superficie del mar en 1997 fue más intensa; alcanzó su punto máximo en noviembre de ese año. En 2015, los niveles del mar son más altos, lo que podría significar que aún no hemos visto el pico más alto de este fenómeno”, señaló el científico Josh Willis, del JPL.
Algunos de los acontecimientos que han sido relacionados con el fenómeno han sido las sequías en África, incendios forestales en Indonesia e inundaciones en Australia y América. Miles de personas ubicadas en las zonas fronterizas de Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina se han visto obligadas a migrar.
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Como se recuerda, los oceanógrafos predijeron a inicios del 2015 que el fenómeno se desarrollaría de manera débil, pero a partir de agosto, advirtieron sobre la intensidad de un posible El Niño como ningún otro.
Los investigadores aseguran que el cambio climático, provocado por la liberación de gases de efecto invernadero, puede causar que el fenómeno, un evento natural y cíclico, aparezca de manera más frecuente o devastadora.
Fuente: The Guardian.
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