Por muchos años, Poopó fue el segundo lago más gran de Bolivia. Pero a causa de las altas temperaturas, contaminación minera y mala gestión del agua, en su lugar solo quedan pequeñas zonas húmedas, reduciéndose la 2% de su tamaño.

El lago medía alrededor de mil km2 y tenía un volumen de 4 mil hectómetros cúbicos. En 2002, fue incluido en la lista de la Convención de Ramsar, que protege humedales de importancia en el mundo.

Para el gobierno boliviano, empezó a secarse debido al cambio climático y al aumento de las temperaturas provocado por el fenómeno El Niño. Sin embargo, algunos especialistas opinan que también se debe al abuso del suministro del agua y a la mala gestión de los programas del estado.

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Lenta acción del gobierno

En diciembre del año pasado, el gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez, promulgó una ley departamental de desastre debido al secamiento del lago. Ese mismo mes, el presidente boliviano afirmaba que la acelerada sequía era una “exageración”.

“Algunos exageran. Yo me acuerdo que cuando era niño el lago era seco, cosechábamos sal en las orillas del lago Poopó, pero alguna vez también se llenó de agua y todos se dedicaron a pescar. Ahora algunos opositores señalan que por la culpa de Evo se acaba el agua. Pero es mentira, siempre se acaba”, señaló el mandatario Evo Morales en una presentación.

La última vez que el Poopó se secó fue en 1994 y tomó varios años para que el agua y los ecosistemas se recuperasen. Los expertos creen que esta vez, sería muy difícil solucionar el problema aún con ayuda financiera.

Para Lisa Borre, una investigadora del Instituto Cary para Estudios de Ecosistemas en Nueva York, “el gobierno culpa a El Niño y el cambio climático, y ciertamente estos fenómenos influyeron, pero lo que las autoridades no dicen es que no implementaron un plan para gestionar la cuenca”.

El lago recibía la mayor parte del agua del río Desaguadero, que fluye desde el lago Titicaca. Sin embargo, los funcionarios no permitieron que el río fluyera hasta el Poopó, sino que desviaron gran parte del agua para actividades de agricultura y minería.

Drásticos cambios

Una imagen de Poopó tomada por la nasa con el Operativo Land Imager (OLI) de la NASA en enero de 2016, refleja la drástica pérdida de agua comparada con una foto de abril de 2013.

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Miles de personas que vivían de la pesca en el lago han perdido sus oportunidades de desarrollo. Al mismo tiempo, las variedades únicas de peces y aves acuáticas que se concentraban en él han desaparecido.

Fuente: National Geographic y La Vanguardia.
Foto: Nasa.

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