Fenómenos de clima extremo tienen en jaque a amplias zonas del mundo siendo Argentina y Brasil uno de los más afectados.
Argentina enfrenta una ola de calor considerada como la mayor en 43 años de registros históricos; los brasileños, por su parte, soportan las consecuencias de un crudo invierno en el que han perdido la vida 43 personas. Los daños materiales son incuantificables.
El impacto del invierno es tal que la presidenta Dilma Rousseff suspendió su periodo de vacaciones para acompañar a las víctimas.
En Argentina, el consumo energético ha crecido tan abruptamente por el verano que los cortes de energía son permanentes, prolongados e insostenibles para las empresas distribuidoras del servicio.
Por esa razón, el Gobierno amenazó con asumir la distribución eléctrica del país, si dichas entidades no lo hacen.
Aunque las previsiones apuntaban ayer a un descenso moderado de las temperaturas, los termómetros alcanzaron los 36 grados a mediodía en Buenos Aires.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, visitó ayer el centro de llamadas de atención personalizada, dispuesto por el Gobierno, para atender a los afectados por los cortes de luz.
«Les vamos a exigir a las compañías que atiendan con personas y no con contestadores los reclamos», dijo De Vido a los medios allí congregados.
Las protestas ciudadanas contra la pasividad de las autoridades y las compañías eléctricas se suceden en las calles de la ciudad de Buenos Aires y en los municipios más afectados de su área urbana.
Lluvias en Brasil La presidenta brasileña Rousseff, sobrevoló ayer las áreas del estado de Minas Gerais afectadas por las lluvias y anunció más ayuda humanitaria para atender a las víctimas de las precipitaciones.
Minas Gerais, el estado natal de Rousseff y su vecino Espíritu Santo han sido las regiones más golpeadas por unas lluvias, que comenzaron hace más de una semana y que hasta ayer habían causado un total de 41 muertos y unos 60.000 damnificados.
El impacto económico del desastre aún no ha podido ser calculado, pero las autoridades de Minas Gerais prevén que tanto carreteras como calles y avenidas de decenas de ciudades deberán ser objeto de importantes obras.
La minera brasileña Vale, mayor productora de hierro del mundo tuvo que suspender el cargamento del material, pues las lluvias impiden cualquier actividad al respecto.
Según el último informe divulgado por la Defensa Civil de Espíritu Santo, estado fronterizo con Río de Janeiro, 27 personas perdieron la vida en los últimos nueve días a raíz de las tormentas, y 61.379 tuvieron que ser evacuadas.
En tanto, en el este de Minas Gerais, 18 personas murieron desde que comenzó la época de lluvias en octubre pasado.
Rousseff aseguró que a partir del decreto firmado hoy, habrá «mecanismos más simples y rápidos (de envío de recursos) sin perder transparencia, en los cuales el control sobre el gasto del recurso público se dará sobre los resultados, durante la ejecución (de obras) y en la rendición de cuentas».
Las lluvias tienen incomunicadas varias regiones por la destrucción de puentes, carreteras, deslizamientos y avalanchas.