La película «Gravity» le demostró al mundo que con la basura espacial no se juega.
Es como un cuento de terror moderno. Por décadas, los viajes espaciales han creado una nube de escombros en la órbita terrestre. Sólo en las órbitas bajas hay más de 20.000 piezas tan grandes como una toronja.
El problema es que cada vez son más. Y no fue hasta principios de este mes que los Servicios Científicos del Congreso de EE.UU. corrieron peligro. ¿Cómo van a existir proyectiles en la órbita de la Tierra?
Para esto, investigadores japoneses de la Agencia Espacial Japonesa JAXA y la Universidad de Kagawa van a poner a prueba a finales de febrero una correa de sujeción electromagnética.
Aunque algunos periodistas ya cuentan historias acerca de la recolección de basura con una red de pesca cósmica, el proceso aun está muy lejos.
Nota completa en: Spiegel Online
