Julia Guerra se mudó de Tarapoto a la tierra de su esposo, en Huayopata, provincia de Quillabamba, Cusco, hace más de quince años para formar y criar una familia. Nunca pensó que su vida cambiaría totalmente y se dedicaría al sembrado y cultivo de café. Como tampoco pensó que diez años después el clima iba a cambiar tanto y tendría que esforzarse el doble para cosechar las semillas de sus plantas adoradas de café.
En el video Julia cuenta como desde hace cinco años el cambio climático está afectando de manera negativa a su plantación de café. Al haber mayores temperaturas, llegan más plagas; el periodo de siembra y cosecha es irregular (porque el periodo de lluvias y sequías es irregular), entre otros efectos.
«Empecemos a cuidar nuestro medio ambiente, porque al final es la mejor herencia que nosotros podemos dejar, como padres, a nuestros hijos y nuestros nietos. Un poco de aire limpio para respirar», dice Julia.