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Luego de un día después de lo planeado, la NASA lanzó el cohete United Launch Alliance Delta II que transportará el Observatorio Orbital de Carbono-2 (OCO-2), el satélite que proporcionará datos como los niveles de dióxido de carbono (CO2) en el planeta. El retraso se debió a un fallo en el sistema de supresión de sonido por agua en la plataforma, utilizado para amortiguar la energía acústica durante el despegue.

El proyecto de 465 millones de dólares proporcionará una imagen más completa y global de las fuentes que emiten este gas, así como sus «sumideros», los procesos naturales del océano y de la tierra por los que el CO2 sale de la atmósfera y queda almacenado.

«El dióxido de carbono juega en la atmósfera un papel fundamental en el equilibrio energético de nuestro planeta y es un factor clave en la comprensión de cómo está cambiando nuestro clima», dijo Michael Freilich, director de la División de Ciencias de la Tierra de la NASA en Washington. «Con la misión OCO-2, la NASA contribuye a una nueva e importante fuente de observaciones globales para el reto científico de comprender mejor nuestra Tierra y su futuro.»

El OCO-2 está diseñado para funcionar al menos dos años desempeñándose como el principal de otros cinco satélites internacional que orbitarán cada 99 minutos, cruzando la línea ecuatorial todos los días.

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Datos

Con aproximadamente 400 partes por millón, el dióxido de carbono en la atmósfera se encuentra ahora en su nivel más alto en al menos los últimos 800.000 años.

La NASA intentó lanzar el OCO en 2009, pero el satélite sufrió un accidente durante el lanzamiento. El Congreso aceptó financiar un repuesto, OCO-2, construido por Orbital Sciences Corp.

Fuente: NASA.

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