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Veintisiete años han bastado para que uno de los lugares naturales y ecosistemas más extensos, diversos y bellos de la Tierra se haya degradado de manera preocupante.

Según un nuevo informe publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, PNAS, la Gran Barrera de Coral Australiana, el mayor arrecife de coral del mundo, ha perdido la mitad de su población.

¿Por qué?

Varias han sido las causas de este deterioro difícilmente recuperable de este lugar incluido dentro del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Por un lado el aumento constante e imparable de la temperatura de los océanos y las tormentas tropicales, cada vez más intensas, tienen parte de la culpa.

Sin embargo, otro factor natural ha influido de manera muy notoria en este deterioro de la barrera de coral: la colonización de una especie invasiva de estrella de mar.

Y es que aunque desde fuera pueda parecer que las estrellas de coral son bellas e inofensivas, la realidad ecológica es diferente.

La Acanthaster planci, una estrella de mar conocida como corona de espinas, se alimenta del coral y es la responsable de la merma del 42 por ciento de la población total. De hecho, si los investigadores logran parar el avance de esta estrella de mar, los corales se recuperarían poco a poco a un ritmo del 0.89 por ciento cada año.

Por su parte, las tormentas tropicales son las responsables del 48 por ciento de la pérdida de coral mientras el aumento de la temperatura de los océanos ha provocado la pérdida de un protozoo unicelular que dota de color a los corales, lo que ha producido su blanqueamiento.

«No podemos parar las tormentas, pero quizá podamos detener a las coronas de espinas. Si lo conseguimos, le daremos una mayor oportunidad a la Gran Barrera para que se adapte a retos como el aumento de la temperatura de los mares y la acidificación de los océanos», explicaba John Gunn, el director ejecutivo del AIMS, en un comunicado.

Extraído de Natgeo.com

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