La dirigente ambientalista hondureña Berta Cáceres fue asesinada en su casa de la ciudad de La Esperanza, ubicada a 200 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa. Según las autoridades, Cáceres fue baleada por desconocidos que intentaban robarle, pero familiares y amigos de la víctima denunciaron que esta ya había recibido amenazas de muerte y el crimen fue “por su lucha” en defensa de causas ambientales.


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«La policía dice que fue por robarle pero es un crimen político de este gobierno», manifestó a la agencia AFP el dirigente del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) Carlos H. Reyes.

Cáceres, quien era coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), lideró la lucha contra la construcción de una represa hidroeléctrica cerca del río Gualcarque que afectará directamente a los indígenas Lenca.

Debido a las protestas la constructora de represas más grande del mundo, la compañía china Sinohydro, y la Corporación Financiera Internacional (que pertenece al Banco Mundial) se retiraron del proyecto, informa BBC Mundo.

Precisamente por esta lucha, Berta Cáceres fue galardonada en el 2015 con el Premio Goldman, considerado el “Nobel Verde”.

La madre de Cáceres, Berta Cáceres, recordó que hace poco «fue al río Gualcarque y tuvo un altercado muy grande con los militares y con los dueños de la empresa que está haciendo (la represa) sobre ese río, y ella me dijo que tenían que parar (la construcción) porque era destruir la vida, era destruir la humanidad».

(Imagen de portada: Captura de video)

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