Por Germán Elera*

Hace ya más de una década que vivo en París, una ciudad rodeada de mucha historia y a su vez de un fuerte compromiso con el ambiente. La capital francesa toma en cuenta el transporte sostenible dentro de su planeamiento urbano: bicicletas y autos eléctricos a libre servicio, 700 kilómetros de ciclovías y hasta áreas de recojo para hacer el famoso ‘covoiturage’, ‘carpooling’  o auto compartido.


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París es considerada la cuna del ‘covoiturage’ en el mundo  porque ahí nació la empresa número uno de autos compartidos para viajes de larga distancia, que ahora se encuentra en más de 25 países. Como embajador que soy (distinción que me dio la empresa por tener más de 20 calificaciones y con buena nota), me gusta mucho. Es una manera de preservar el medio ambiente y tu economía.

Además de tener la evidente ventaja de la sostenibilidad (puesto que retiramos vehículos de las pistas y por ende se genera menos tráfico y contaminación por uso de combustible), existen muchos otros beneficios  tanto para el que comparte su vehículo como para el usuario que utiliza este sistema como pasajero.  ¿De qué hablamos exactamente?

Una de las bondades usar el sistema del auto compartido es que puedes reducir el costo de tu viaje, puesto que los gastos son repartidos entre los pasajeros, haciendo así un viaje más económico. Ya no viajas tu solo y asumes todo el gasto, sino que viajas con otras personas que colaboran conel pago de combustible y eventuales peajes. Un conductor que viaja solo en su auto puede ahorrar hasta un 75% de su gasto llevando tres pasajeros. En Francia una persona puede ahorrar hasta 1.500 euros al año. Un monto más que importante, ¿verdad?

Otra ventaja es la calidad del trayecto. Al haber menos tráfico, el viaje en auto se vuelve más rápido y cómodo que el que se hace en transporte público (que en Lima es caótico). Y prácticamente se hace por el mismo precio.

Algo que me parece genial es que es un viaje social. ¿Te imaginas manejar solo y estar atorado en el tráfico? ¿O hacer largas distancias sin nadie cerca para conversar? Haciendo ‘carpooling’ rápidamente llegas a entablar una especie de confianza con todos los pasajeros. Conoces gente nueva, socializas y hasta te puedes hacer nuevos amigos.

Es un viaje ecológico también, porque al haber menos tráfico habrá menos consumo de recursos energéticos y por lo tanto una disminución de emisiones de CO2.

En Europa esta nueva manera de transportarse ha ganado rápidamente muchos adeptos por sus palpables beneficios. Las mismas administraciones públicas fomentan y promocionan la práctica del ‘carpooling’ porque son conscientes de las mejoras que produce en las ciudades.

Si bien las autoridades juegan un papel importante, es de nuestra propia responsabilidad como ciudadanos promover este cambio, haciendo del ‘carpooling’ una alternativa viable y sostenible tanto para ahorrar como para mejorar la calidad de vida de nuestra ciudad.

*CEO y cofundador de CompartiCar

(Foto referencial de portada: Washington State Dept of Transportation – Flickr bajo licencia Creative Commons)

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