Debido a las grandes cantidades de dióxido de carbono que se emiten en el planeta, nuevas alternativas de reducción han surgido como solución. Una de ellas es fijar precios al carbono, y ya son 40 países y 20 gobiernos subnacionales que la ponen en práctica través de impuestos o mercado.
Este método no promueve o degrada un sector en particular, pero permite que el sector privado decida dónde y cuál es la mejor manera de reducir las emisiones.
En su último informe sobre desarrollo verde, el Banco Mundial admitió que «el precio del carbono no puede solucionar el problema del cambio climático por sí solo. Hay muchas fallas en el mercado y en el comportamiento que distorsiona la economía, no solo por fallar en poner un precio al daño climático por las emisiones de gases de efecto invernadero».
Antes de pensar en entrar a este mercado nuevo, es importante conocer cuáles son las mejores acciones para crear una economía próspera baja en carbono. Aquí hay cinco puntos que RTCC.org nos recomienda:
1) Normas de funcionamiento
El diseño de los autos y los edificios tienen impactos de emisión por décadas. En China, India y Corea del Sur utilizan normas de rendimiento para que la industria automovilística adopte tecnología eficiente.
Del mismo modo, Alemania cuenta con un código de construcción ambicioso que permite acceder a una calefacción y refrigeración de bajo consumo.
2) Los honorarios y reembolsos
Estos son los resultados de la combinación del recargo de autos ineficientes, por ejemplo, con una rebaja en mejores modelos con mejor rendimiento. En Chica, Ghana y Tnez, tienen un método llamado «VAT exemptions» que consiste en eximir a aquellos que ahorran energía o iluminación
3) Los mandatos de energía limpia
La energía renovable es representativa en el sector de bajo carbono y está ganando más espacio en el mercado. Mientras sus defensores aumentan con el tiempo, en la mayor parte del mundo la energía limpia aún no puede competir con la energía generada por la quema de combustibles fósiles.
Estas políticas ya se utilizan en todo el mundo, y en especial en Chile, China, Alemania y gran parte de los Estados Unidos.
4) Los aranceles comerciales
Los aranceles son los ingresos económicos que se generan cuando se importa un bien. Esta es una herramienta clave para influir en otras economías. La política comercial puede facilitar el camino para los productos verdes, como las turbinas eólicas, paneles solares y LEDs.
El Banco Mundial está tratando de convencer a los miembros del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico para la reducción de los aranceles sobre dichos bienes.
Europa podría hacer un ajuste de impuestos con los bienes que producen mucho carbono y que provienen, por ejemplo, de China. Esto obligaría a los productores a mejorar sus productos.
5) Aplicación de la ley
En los países donde las políticas climáticas son violadas de forma rutinaria, la aplicación de la ley puede ser una buena inversión. El Banco Mundial destaca a Brasil, que ha desplegado una fuerza de seguridad ambiental en la Amazonía para acabar con la tala ilegal.
Eso ha sido fundamental para frenar la deforestación en la región, aunque los investigadores dicen que ahora ha comenzado a aumentar de nuevo.
Fuente: RTCC.org