Las selvas tropicales juegan un papel importante en la estabilización del clima y en la captura del carbono; y aunque nos cueste aceptarlo, la deforestación avanza a un ritmo alarmante. La organización Forest Trends publicó un informe que revela alarmantes cifras sobre la amenaza en la Amazonía. Según el estudio, la producción agrícola es responsable de casi el 50% de la deforestación, y parte de esa responsabilidad, también recae en nosotros. ¿De qué manera? Lee esta pequeña lista de los cinco productos que consumimos que aportan con este problema:
1. Carne
El aumento de la demanda de carne de vacuno es impulsado en parte por una creciente población mundial y también una clase media en expansión, sobre todo en el este de Asia y China. La producción de carne y cuero son las dos causas de la deforestación ilegal en Brasil, sin embargo, ha tenido un éxito considerable en la reducción de la tasa de pérdida de bosques.
2. Soya
Sam Lawson, autor principal del informe de Forest Trends, dijo que la soja está vinculada a la creciente demanda de carne debido a que la mayor parte de la soya se utiliza como alimento para el ganado y los pollos y los cerdos. El cultivo impulsa la deforestación en Brasil, así como Paraguay y Bolivia.
3. El aceite de palma
El aceite de palma es la fuente más eficiente de aceite vegetal, y también uno de los más rentables. La deforestación asociada con este producto es enorme, sobre todo en Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Malasia. «Se puede llegar a través de grandes áreas de Malasia y ver más que las plantaciones de palma de aceite», dijo Lawson.
4. Pasta de madera
La deforestación para plantaciones de pulpa de madera es un problema importante en Indonesia. La pulpa utilizada para crear productos de papel, o para hacer textiles como el rayón.
5. Cocoa
En muchos países, algunos de los productos agrícolas cultivados en tierras convertidas ilegalmente se venden en el país. Sin embargo, en Papua Nueva Guinea, el 100% de estos productos (incluyendo la soya) se exportan, según Forest Trends.
Lawson señaló que lo que los consumidores individuales podrían hacer es presionar a las autoridades políticas, a las empresas que producen estos bienes y ayudar a las ONG y organizaciones benéficas que hacen campaña sobre estos temas. Cambiar nuestro comportamiento como consumidores podría tener un impacto positivo.
Fuente: TreeHugger.com