Por Berenice Adrianzén Z.*

La semana pasada el observatorio ciudadano Lima Cómo Vamos celebró el aniversario de la capital peruana presentando por sexto año consecutivo los resultados de la “Encuesta Lima Cómo Vamos 2015: Informe de percepción sobre la calidad de vida”[1], que pone a disposición información muy relevante para analizar la relación que tienen los ciudadanos de Lima con el ambiente.


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Si de problemas se trata, el 85% de los limeños señaló que la inseguridad ciudadana es el inconveniente principal, el 49% mencionó al transporte público, el 35% a la limpieza pública/acumulación de residuos y el 32% a la contaminación ambiental.

A simple vista pareciera que el ambiente no es el principal problema. No obstante, los puntos identificados por los ciudadanos coinciden sin duda alguna con los ejes que se deberían priorizar en la gestión ambiental de Lima: la movilidad que dé prioridad al ciudadano y al ambiente, la gestión de residuos sólidos y la reducción de la contaminación.

¿Cómo nos movilizamos los limeños?
Cada vez que vamos a trabajar o estudiar el 75.6% de las personas utiliza el transporte colectivo[2], el 15.5% transporte individual y el 7.8% transporte no motorizado[3].

Sin duda alguna la rapidez es el aspecto más valorado a la hora de elegir cómo nos movilizamos, es por ello que para los limeños los medios de transporte que deben predominar de acá a 20 años son el Metro (48%), los buses de transporte público (17%) y el Metropolitano (15%), sistemas que coincidentemente reducirían el nivel de ruido y las emisiones de gases de efecto invernadero producto de esta actividad. Además, mejorarían  la calidad de aire de la ciudad.

Las causas que dificultan el uso de transporte no motorizado pueden estar directamente relacionadas con el grado de insatisfacción que sienten los limeños con el estado y mantenimiento de las ciclovías (48%), el respeto y el cuidado de la seguridad del peatón (59%), y el estado de las veredas y espacios para la circulación de peatones (44%).  No debe descartarse la posibilidad de que la creciente percepción de  inseguridad ciudadana también influya al momento de elegir este tipo de transporte, por ejemplo el miedo a ser asaltados en puntos donde la ciclovía no esté bien iluminada o pase por una zona considerada peligrosa.

En definitiva, la movilidad pensada en función del ciudadano y del ambiente es una tarea que involucra repensar el desarrollo urbano de la ciudad, dando mayor prioridad al transporte colectivo de calidad y a la generación de espacios seguros, accesibles y amigables para el peatón, el ciclista, el patinador, el skater, entre otros.

Los residuos sólidos: un problema con dos caras
El observatorio ciudadano resalta que por  primera vez en los seis años que se viene aplicando la encuesta, la limpieza pública y la acumulación de residuos es identificada por los ciudadanos como uno de los principales problemas de Lima. Solo el 23% de los limeños está satisfecho con el servicio de recolección de residuos sólidos, el 45% está insatisfecho y existe un gran 32% que no se encuentra ni satisfecho ni insatisfecho. Estos resultados ponen en evidencia que el ciudadano percibe el divorcio que existe actualmente entre la velocidad con la que crece la cantidad de residuos sólidos generados en la ciudad y la eficiencia de los sistemas de gestión de los mismos.

El crecimiento de la población y nuestra capacidad de consumo han hecho que Lima Metropolitana genere más de 7.400 toneladas de residuos por día[4], es decir, más de medio kilogramo por cada uno de los habitantes de la ciudad.

En mi opinión es necesario que dejemos de pensar en que el problema es solamente la ineficiencia de la recolección. Nuestra preocupación actualmente ya no puede girar solamente en el hecho de deshacernos de nuestros residuos.

La coyuntura en la que nos ha puesto el cambio climático nos obliga a pensar cómo podemos generar cada vez menos residuos. Los invito a revisar como individuos nuestros hábitos de consumo y como empresa la manera en que diseñamos los productos que vendemos y la cantidad que ponemos en el mercado para evitar que luego se conviertan en residuos con un destino final que en la mayoría de las veces puede acarrear daños al ambiente y la salud de la población al ser mal dispuestos.

Un gran aporte de la encuesta es que justamente en este tema nos permite visualizar cómo algunas acciones vienen siendo adoptadas por los limeños: el 33% de las personas declara reciclar siempre sus residuos, el 48% siempre reutiliza las bolsas, y el 21% evita siempre el uso del tecnopor y envolturas plásticas.

El reto está en convencer justamente a aquellas personas que hacen este tipo de prácticas a veces y nunca, los primeros para que sean más constantes y los segundos para que por lo menos lo hagan a veces en un principio. Esta es una tarea ardua si consideramos que solo el 58% de las personas  guarda los residuos que genera al comer una galleta o una fruta para colocarlos en un tacho y no arrojarlos en la calle. Un 42% de la población limeña dice que algunas veces sigue ensuciando las calles (31%)  y el 10% menciona que casi siempre lo hace.

El cambio climático
El  76.9% de los limeños ha percibido un gran cambio en el clima de la ciudad, el 69% señala que a causa de este cambio ha sufrido problemas en su salud y un 6% de la población ha visto sus viviendas afectadas por lluvias, huaicos, deslizamiento de tierras o subidas de ríos.  Estos hechos evidencian la existencia del cambio climático. Y es que en América del Sur, según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), cada vez debemos esperar días y noches más calientes[5], incremento de lluvias donde llovía muy poco y reducción donde llovía habitualmente, lo que influye directamente en el incremento de la presencia de enfermedades asociadas a dichos cambios, como por ejemplo el dengue, la malaria, la fiebre amarilla, el cólera, o el últimamente muy popular virus del zika. Del mismo modo el IPCC ha concluido que existe una relación entre el cambio climático y las enfermedades respiratorias y cardiovasculares.[6]

Como podemos ver, la Encuesta Lima Cómo Vamos 2015 nos da información para pasar de la alerta a la prevención, tanto a nivel individual como a nivel gubernamental para aquellos que dirigen, diseñan y ejecutan las políticas públicas ligadas a la gestión ambiental en cada uno de los distritos.

 

 

*Ingeniera Zootecnista, Especialista en sistemas integrados de Gestión de Calidad y Auditoría Ambiental, con estudios de Maestría en Gerencia Social con mención en Programas y Proyectos de Desarrollo. Se desempeña actualmente como consultora asociada para América Latina en Res Societas Bureau de Conocimiento – RESSOS (Brasil) y consultora externa de la ONG Ciudad Saludable.

[1] El Informe completo se encuentra disponible en: http://www.limacomovamos.org/cm/wp-content/uploads/2016/01/Encuesta2015.pdf

[2] El informe considera como transporte colectivo: Combi o custer, bus, Metropolitano, colectivo, Metro de Lima, Corredores complementarios.

[3] Se considera transporte no motorizado: caminar y el uso de bicicleta.

[4] Cifra más reciente ofrecida por el  Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental-OEFA en la cartilla titulada La Fiscalización ambiental en Residuos Sólidos publicada en el año 2014. Disponible

[5] Situación que no es ajena a otras partes del mundo, el 2015 fue catalogado como el año más caliente del mundo desde que se poseen registros, es decir 1880. Para mayor información: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/01/20/actualidad/1453307538_631471.html

[6] Fuente: El Quinto Reporte de evaluación del IPCC. ¿Qué implica para Latino América? Resumen Ejecutivo. Disponible en: http://cdkn.org/wp-content/uploads/2014/12/INFORME-del-IPCC-Que-implica-para-Latinoamerica-CDKN.pdf

 

(Foto de portada: Martín García / Flickr bajo licencia Creative Commons)

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