Los agujeros en la capa de ozono podrían haber crecido hasta un 40% hasta el año 2013 si no hubiera entrado en vigor el Protocolo de Montreal en 1989, según una investigación publicada en la revista Nature.
Gracias a este tratado internacional, se restringió la producción y el uso de elementos con altas concentraciones de sustancias perjudiciales para la atmósfera y responsables del desgaste de la capa de ozono, como el cloro y el bromo.
«Sabíamos que este protocolo serviría para preservar la pérdida de ozono a gran escala, pero con este estudio hemos descubierto que las cosas podrían haber sido mucho peores de no haberse firmado el acuerdo», manifestó a la agencia EFE el profesor Martyn Chipperfield, líder del equipo de investigación que trabajó en este estudio.
«Otros estudios que han evaluado la importancia del Protocolo de Montreal han utilizado modelos para predecir los vientos atmosféricos y las temperaturas y han mirado unas cuantas décadas en el futuro. Las predicciones de vientos y temperaturas en estos modelos son inciertas y probablemente subestimen el alcance del frío de los inviernos. Hemos utilizado las condiciones meteorológicas reales observadas durante las últimas décadas. Esto da una simulación más precisa de las condiciones de pérdida de ozono polar», precisó Chipperfield en declaraciones reproducidas por Europa Press.
(Foto: Stuart Rankin / Flickr bajo licencia Creative Commons)