El jueves 21 de abril, antes del anochecer, llegamos a Santa Cruz. Al día siguiente, partiríamos en dirección del bosque seco chiquitano para documentar nuestro segundo tema de investigación: el manejo de la palmera de cusi.
Al ser un bosque seco, la Chiquitanía presenta cambios de estación que se manifiestan no sólo en la irregularidad de la lluvia, sino también en cambios en toda una cadena de biodiversidad. El cusi crece abundantemente en una franja de de aproximadamente 270 km. de llanos. De sus frutos (la cala) se pueden extraer aceites curativos. Por más que también se encuentra esporádicamente en otros lugares de la Chiquitania, el cusi no es masivo a lo largo y ancho de ella y no aparece en la serranía. Debido a la irregularidad de las lluvias, esta palma se ha convertido en una alternativa al chaco (la chacra de cultivos asociados tradicionalmente) pues no necesita mucha agua para sobrevivir.