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La celebración del Mundial de fútbol en Brasil será responsable de la emisión de 1,4 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2), que es una de las principales causas del efecto invernadero, según cálculos oficiales.

Esas emisiones de gases tóxicos serán producidas por el elevado número de aviones y automóviles en circulación, por el aumento del gasto energético y otros factores diversos, según explicó en rueda de prensa la ministra de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.

Mediante ese mecanismo, los países industrializados o empresas financian proyectos para reducir las emisiones contaminantes en los países más pobres, a cambio de créditos que aplican para cumplir sus propios objetivos medioambientales.

Teixeira aseguró que, de esa manera, el impacto del Mundial de fútbol, que se celebrará entre el 12 de junio y el 13 de julio, “ya ha sido mitigado en su totalidad”, lo cual aseguró que es la primera vez que se logra en estas competiciones organizadas por la FIFA.

Las acciones en favor del medio ambiente durante el Mundial se completarán con el llamado “Pasaporte Verde”, una iniciativa que el Gobierno brasileño presentó el año pasado junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

La contribución del turista a mejorar el medio ambiente

Se trata de un programa que tiene como objetivo mostrar a los turistas que durante sus viajes también pueden contribuir a la conservación del medio ambiente y a mejorar la calidad de vida de la gente en los lugares que visitan.

En ese sentido, los turistas que lleguen para el Mundial de fútbol recibirán información sobre formas de consumo sostenible y de normas de respeto a la naturaleza, las tradiciones y los valores socioculturales.

Los turistas que acudan a los partidos del Mundial también serán orientados por los voluntarios que trabajarán en el evento a cuidar de la separación de residuos, en cuya gestión participarán diversas cooperativas dedicadas al reciclaje. EFEverde

 

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