El 2016 rompió récords históricos en el planeta al ser considerado como el año más caliente de la historia, tener una cantidad muy baja de hielo en el mar, así como un aumento constante del nivel del mar y de la temperatura de los océanos. Muy lejos de cambiar esta situación, los climas extremos y las condiciones climáticas se mantienen igual en lo que va del 2017.
Según un análisis realizado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en base a los últimos máximos de calor y mínimos de hielo, nuestro planeta se encuentra en “un territorio desconocido”, al demostrar una tendencia de calentamiento del 0.1ºC a 0.2ºC por década.
Uno de los factores que influyó en el aumento de las temperaturas fue el fenómeno climático El Niño que se desarrolló entre el 2015 y 2016, además del incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta relación también se vio en 1973, 1983 y 1998, años en los que El Niño tuvo una singular formación.
Sin embargo, de acuerdo con el informe de la OMM, el aumento de las temperaturas globales también fue influenciada por las emisiones de las actividades humanas. Antes del 2016 y durante 4 millones de años, el planeta no había experimentado niveles tan altos de dióxido de carbono en la atmósfera.
Para David Carlson, director del programa mundial de investigación sobre el clima de la OMM, las herramientas informáticas y los datos climáticos a largo plazo han permitido que estudios demuestren la existencia de los vínculos entre el cambio climático causado por el hombre y el impacto de eventos extremos con ondas de calor particulares.
“Incluso, sin un fuerte El Niño en 2017, estamos viendo otros cambios notables en todo el planeta que están desafiando los límites de nuestra comprensión del sistema climático. Ahora estamos en un territorio verdaderamente inexplorado”, dijo Carlson.
En nuestro país, el calentamiento del mar este año fue “muy brusco, rápido e imprevisible”, señala Marti Bonshoms, meteorólogo del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), para Cambia.pe. El especialista añade que “en otros años, como en el 2016, sí se pudo alertar a la población de que había un Niño”. Cabe aclarar que para que se desarrolle un El Niño son de influencia vital otros factores atmosféricos, como la intensidad de los vientos.
Debido al constante aumento de la temperatura global, es probable que en el futuro este fenómeno sea más frecuente o de mayor intensidad y que los impactos sean mayores. Bonshoms asegura que en “los últimos dos años se han registrado condiciones cálidas en el Pacífico y, en concreto, en nuestra zona costera. Llevamos dos inviernos que no han sido fríos, sino relativamente templados, y dos veranos con relativamente abundantes lluvias”.
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Fuente: The Guardian y OMM.