Compartimos la columna de Vanessa Torres y Jorge Meneses. miembros del equipo operativo del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC)
La mayor amenaza que hoy enfrenta la humanidad es el cambio climático, sin embargo, el tema no está presente en la actual campaña electoral. Esto es una grave irresponsabilidad, más aún si se tiene en cuenta que este año el Perú será anfitrión de la COP 20. Se trata de un problema que debe enfrentarse de inmediato, ya que cuanto más tiempo pase, más difícil resultará la adaptación al mismo.
Los países tienen dos grandes tareas con respecto al cambio climático: la mitigación y la adaptación. Mitigar significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero causantes de este problema. Es más fácil decirlo que hacerlo. Una reducción efectiva implica cambiar la forma de producción de nuestra economía y quizás, incluso, renunciar a ciertas comodidades a las que nos hemos acostumbrado. Mientras más mitiguemos, el impacto del cambio climático será menor. La adaptación es una tarea inevitable; dado los gases que ya hemos emitido vamos a tener algún tipo de afectación. El costo de adaptación dependerá de cuanto mitiguemos, pero de todas maneras tendremos que adaptarnos. Por ejemplo, frente al derretimiento de los glaciares que proveen de agua a nuestros ríos.
Como es un problema global, la mayoría de los países del mundo se reúnen anualmente en la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático para discutir las medidas de mitigación y adaptación requeridas. Durante este año se viene discutiendo el nuevo acuerdo climático global, cuyo primer borrador deberá elaborarse en la COP 20, que se celebrará en Lima en diciembre próximo, y se espera que sea aprobado en 2015, durante la COP 21 que se realizará en París.
La forma cómo viene tratándose el problema del cambio climático en el Perú es lamentable. El gobierno ha conceptualizado la protección del medio ambiente como una «traba a la inversión privada” y ha aprobado un conjunto de medidas «reactivadoras” de la economía que ha terminado por eliminar la poca institucionalidad ambiental que se había creado. Lo mismo se evidencia con la publicación de la nueva propuesta de Estrategia Nacional de Cambio Climático, que carece de metas concretas de acción y de políticas específicas que involucren a diversos sectores; a pesar de que sí habían sido recogidas en un borrador previo. Esto evidencia una clara intención de neutralizar al Ministerio del Ambiente, para evitar que «afecte” el crecimiento de la economía.
¿Pero que proponen los actuales candidatos a los municipios y gobiernos regionales? ¿Son conscientes del problema y de que deben tomarse acciones ya? ¿Qué medidas proponen de mitigación y adaptación frente al cambio climático? El Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC) está impulsando la campaña ¡Habla candidat@! ¿Y el Cambio Climático? (Ver recuadro ¡Habla candidat@!)
Hasta el momento, los resultados que arroja la revisión de los planes de gobierno de los candidatos de Lima Metropolitana y Junín son poco alentadores. Para empezar, existe poca claridad sobre el fenómeno que nos está afectando. Muy pocos planes lo mencionan explícitamente. En la gran mayoría de los casos, se tienen medidas destinadas a la protección del medio ambiente o de ampliación de áreas verdes, pero no se comprende el fenómeno del cambio climático en sí mismo. Esto se traduce en la falta de un diagnóstico claro sobre los impactos del fenómeno y, por consiguiente, en la falta de metas claras de mitigación y adaptación. Podemos decir, entonces, que nuestros políticos no son conscientes del problema al que nos enfrentamos.
Como mencionamos antes, la mayoría de los planes especifican medidas hacia la protección del medio ambiente. En muchos casos, las medidas planteadas se orientan a la mejora de la recolección de residuos sólidos, el cuidado o ampliación de reservas ecológicas o áreas verdes, la fiscalización de ciertas actividades económicas (minería, hidrocarburos, etc.) e incluso la recuperación de zonas que se hayan visto afectadas por impactos pasados. Muchas de estas medidas son necesarias, pero no implican una reorientación del modelo de desarrollo basado en la quema de combustibles fósiles.
Los planes de gobierno revisados proponían mejoras para la producción agrícola, buscando alcanzar la soberanía alimentaria. Mejorar nuestra agricultura es una necesidad de adaptación urgente al cambio climático. Sin embargo, al desconocer los impactos del mismo sobre las lluvias y las zonas agrícolas puede ocasionar que las acciones propuestas sean contraproducentes. En el caso de las ciudades, un mecanismo de adaptación importante es la agricultura urbana. Pero no encontramos en ningún plan de gobierno propuestas para su promoción y difusión. Así mismo, se carece de estrategias para la promoción del consumo de productos locales, en lugar de importados, lo que ayudaría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero requeridos para transportarlos de un país a otro.
Una contradicción muy importante se puede apreciar con respecto a las medidas propuesta para el transporte urbano o rural. A pesar de que los planes argumentan la necesidad de la protección del medio ambiente, las propuestas en transporte se resumen en la ampliación de vías expresas o carreteras, lo que significa la ampliación del transporte particular. Una forma importante de mitigación de los efectos del cambio climático se encuentra en la promoción de sistemas eficientes de transporte público, que puedan cubrir las necesidades de la mayor parte de la población. Esto es así porque el transporte privado produce emisiones de dióxido de carbono (CO2) y, además, transporta a un número muy limitado de pasajeros. En otras palabras, transportar cincuenta personas en autobuses ocupa mucho menos espacio y genera menos gases de efecto invernadero que si esas cincuenta personas se transportan en sus propios automóviles. En el ámbito rural, la expansión de las carreteras puede ser un factor que contribuya a la deforestación de áreas que anteriormente resultaban inaccesibles.
En conclusión, encontramos muchos déficits en las propuestas de los candidatos. Es necesario que todos tomemos conciencia de las acciones necesarias y exijamos a nuestros próximos alcaldes y presidentes regionales que adopten medidas ya frente al cambio climático. No podemos esperar mucho tiempo más.
*miembros del equipo operativo del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC).
Datos:
El MOCICC fue elegido por la sociedad civil como su representante titular ante la Comisión Nacional sobre Cambio Climático (CNCC) por un periodo de un año.