La contaminación de nuestros océanos es un peligro para los cientos de ecosistemas marinos. No es difícil adivinar cuál es el mayor contaminante, basta con asomarnos en un muelle o ir a la playa para percatarnos que siempre hay un material de plástico flotando. Un estudio demostró que el 88% de la superficie de los océanos está contaminada con plástico.
Pero una idea sencilla y novedosa puede ser la solución para limpiar nuestros mares. Se llama «The Ocean CleanUp» y su creador es el holandés Boyan Slat, de 20 años. Su funcionamiento consiste en el aprovechamiento de las corrientes y vientos marinos para desplazar la basura oceánica para concentrarla mediante unas barreras flotantes que la conducirían a una plataforma recolectora.
La iniciativa nació cuando Slat notó la presencia de más bolsas que peces en el mar de Grecia durante unas vacaciones. “Por desgracia, el plástico no desaparece por sí solo y entonces me pregunté ¿Por qué no podemos limpiar esto? “, relata. ¿Y Cómo? Los vientos oceánicos transportarán la basura plástica hacia una plataforma recolectora. La máquina tiene dos brazos de 50 kilómetros en forma de «V», estos se encargarán de reunir el plástico que se encuentra en tres metros próximos a la superficie del agua. Ambos están unidos a la plataforma -de 10 mil metros cuadrados de superficie- y se vaciará cada mes y medio.
Cabe mencionar que cada plataforma será alimentada en su mayor parte por energía eléctrica obtenida mediante 160 paneles solares. El material obtenido será trasladado a tierra para ser reciclado y convertido en aceite para uso industrial o locomotor. Puede sonar complicado, pero es más fácil de lo que parece y lo mejor de todo es que no perjudica la fauna marina ni el medio ambiente.
Además, el proyecto ha sido corroborado por un informe de 530 páginas avalado por un equipo internacional de científicos. Según los expertos, con este método se podría limpiar la mitad de la «isla de plástico» que flota en el Océano Pacífico en diez años.
El joven holandés ya ha conseguido más de 2 millones de dólares mediante una campaña de financiación colectiva recaudado a través del Internet gracias a 38 mil voluntarios de 160 países. “Este dinero permitirá dar el próximo paso del proyecto, consistente en construir y probar una planta piloto operativa”, señala Slat.
Fuente: Efeverde.com