El clima y sus cambios tienen consecuencias en aspectos pequeños de nuestra vida. Desde la alteración que generan las condiciones climáticas en nuestras interacciones sociales hasta la manera en la que las personas se sienten.

Un estudio publicado en la Revista Anual de Economía realizado por un grupo de economistas de Stanford, liderado por Marshall Burke, señala que existe una relación entre clima y conflicto a través de los patrones de temperatura y precipitación.

Según sus investigaciones, la relación entre el incremento de la temperatura y el riesgo de violencia entre personas aumenta en un 2.5%, mientras que entre grupos aumenta en un 11%.

“Si los futuros conflictos civiles continúan siendo tan mortales como las que ocurrieron recientemente, el incremento de los conflictos darían lugar a 393 mil muertes en combate para el año 2030”, señala su equipo al portal Grist.

Pero estos estudios no son nuevos. Por lo menos desde finales de 1800, los filósofos naturales debatieron sobre los vínculos entre la temperatura, la agresividad y la violencia. Sin embargo, fue a partir de la segunda mitad del siglo 20 que los psicólogos pusieron en práctica esta teoría ubicando a la gente en habitaciones con altas temperaturas.

Craig Anderson y sus colaboradores fueron algunos de los que empezaron a experimentar el enlace entre la temperatura y la agresión durante los años 80 y 90, cuyos resultados fueron publicados en una colección de ensayos.

Los apuntes de la investigación señalaban que los sujetos que participaron en el experimento no eran más agresivos en temperaturas altas de forma “automática”, a pesar de que se mostraban con mayor hostilidad ocasionalmente, sino que las temperaturas más altas se convertían en un factor que favorecía el aumento de la sensación de la agresión.

Por ejemplo, en las salas calientes, las personas percibían un video más agresivo de lo normal, sobre interpretaban y reaccionaban de forma exagerada. “Eso es lo que pensamos que está pasando en la información del mundo real en un nivel psicológico. La gente sobre interpretan y reaccionan de más. Así es como una pelea en un bar se convierte en un tiroteo en un estacionamiento”, señala Anderson.

Fuente: Grist.org.
Foto referencial: Flick.com/shay sowden.

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