En septiembre de 2014, líderes de gobiernos, comunidades indígenas, empresas multinacionales y la sociedad civil firmaron la Declaración de Nueva York sobre los Bosques, un acuerdo ambicioso para poner fin a la deforestación. Como un observador, el Programa Global de la Cubierta Forestal (GCP, por sus siglas en inglés), desarrolló con estadísticas, datos, estudios científicos e investigación propia, la lista Forest 500, un ránking de 500 agentes relacionados a la deforestación.
Pero no se trata de buscar culpables, sino identificar quiénes son los que a través de grandes decisiones, pueden cambiar el futuro de la deforestación. «Estas instituciones no son necesariamente responsables por la deforestación directamente pero tienen el riesgo más alto de estar vinculados a la deforestación tropical a través de su participación en la producción mundial de productos básicos y el comercio, o a través de sus operaciones en las cadenas de suministro de productos básicos», señala el director del programa Factores de deforestación del GCP, Mario Rautner.
En la lista consideraron 50 jurisdicciones, 250 empresas, 150 inversores y prestamistas y otros 50 agentes de poder. Los criterios para evaluarlos variaron según la empresa, clase de país (si exportadores o comerciales), distintos agentes inversores y los puntuaron del 1 al 5. Las que obtuvieron una puntuación alta son las compañías Nestlé, Groupe Danone, Kao Corp., Procter & Gamble y Reckitt Benckiser Group y Unilever.
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Por otro lado, Los países que tienen mayor puntuación son aquellos que tienen en su territorio el 90% de los bosques tropicales. Entre ellos, destacan Brasil, Colombia y Perú, que desde su participación en la Declaración, están haciendo grandes esfuerzos para conseguir el objetivo de la deforestación cero en 2030.
También encontramos a Madagascar en el otro lado de la balanza, por perder casi toda su cubierta forestal a un ritmo acelerado; a él se le suman Nigeria e Indonesia. Entre los países que más daño hacen a los bosque tropicales están Rusia, China e India.
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Forest 500 servirá como un observatorio de aquellos que no se comprometen en la lucha contra la deforestación. Pero no hay que olvidar que todos estamos relacionados a ella. Rautner destaca que: «En realidad, todos formamos parte de una economía mundial deforestadora. La deforestación se encuentra en nuestro chocolate y nuestra pasta de dientes, nuestra comida para animales y nuestros libros de texto, nuestros edificios y nuestro mobiliario, nuestras inversiones y nuestras pensiones».
Con información de El País.com
