Productos de mejor calidad y más baratos para los consumidores. Y para los productores, más clientes a quienes venderlos. ¿Suena a un buen negocio para todos?
Vista así, la recientemente revitalizada unión comercial Alianza del Pacífico es, en efecto, una iniciativa que puede tener muchos ganadores, pero que también puede dejar a muchos perdedores en el camino, especialmente las industrias locales, según afirman los expertos.
Son cuatro economías -México, Chile, Perú y Colombia- que representan más del 40% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina. Sus territorios y áreas de influencia cubren prácticamente toda la región, desde la frontera con Estados Unidos hasta el Polo Sur. El océano que les da el nombre significa también grandes posibilidades comerciales entre ellos y con el continente asiático.
El bloque de integración regional tomó recientemente una de las decisiones más importantes desde su fundación: la eliminación casi total de los aranceles entre los países miembros. Es decir, cualquiera de sus integrantes podrá vender sus productos en los otros tres países sin costos adicionales a la importación.
A partir de este acuerdo, firmado en Cartagena, Colombia, a mediados de febrero, 92% de los bienes comercializados entre los miembros quedaría libre de aranceles. Para el 8% restante se han acordado periodos de desgravación de hasta 17 años, pues se trata de productos agrícolas considerados sensibles.
La eliminación de aranceles y la libre circulación de mercancías deberían, en principio, significar más posibilidades de comercio entre estas naciones y, en consecuencia, la oportunidad de generar más actividad económica y más empleo.
Impacto modesto
Pero el economista sénior del Banco Mundial en México, Jozef Draaisma, prevé un impacto inicial modesto, ya que “el comercio entre los países miembros de la Alianza del Pacífico es únicamente 4% del total del comercio exterior de todos ellos juntos”.
Apunta, sin embargo, que buena parte del crecimiento económico de México de las últimas décadas se debe, precisamente, al fortalecimiento de su comercio exterior. En ese periodo, sus exportaciones se multiplicaron por siete, y ya representan un tercio de la economía mexicana.
Para los consumidores, la eliminación de aranceles significará acceso a productos más diversos, de más calidad y más bajo precio, ya que habrá más competencia. Asimismo, los efectos de estas medidas se sentirán en las economías familiares pues se espera que también se generen nuevas oportunidades de empleo.
Para los productores locales, el libre ingreso de bienes significará más competidores y, por lo tanto, será un estímulo para mejorar su productividad. Aun así, algunos negocios podrían verse obligados a abandonar el mercado o cambiar de actividad económica. Por contraste, las políticas de cero aranceles benefician a los compradores de bienes importados, lo que en el caso de insumos conlleva la posibilidad de mejorar o abaratar los costos de producción.
“En todas las reformas puede haber ganadores y perdedores”, explica Draaisma.
Adicionalmente, el acuerdo permite la libre circulación de personas, es decir, un peruano no necesitará visa para entrar a México, por ejemplo, y se continuará trabajando en el tema de la acreditación de títulos universitarios para que los profesionales de un país miembro puedan ejercer en otro.
De los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico, dos de ellos (México y Chile) forman parte de la OCDE, la organización de países más ricos del mundo, a la que Colombia ha solicitado su incorporación. Se espera que Costa Rica también pase a ser pronto miembro de la Alianza.
Cortesía: El País