Activistas de Greenpeace desplegaron hoy en la fachada del ministerio polaco de Economía una gran pancarta con el mensaje: “¿Quién manda en Polonia?. ¿La industria del carbón o el pueblo?”, una acción con la que critican que Varsovia acoja hoy la cumbre del carbón mientras se celebra la del cambio climático.
Los ecologistas fueron pronto desalojados de la azotea del ministerio ante la mirada de otros miembros de la organización, que se concentraron en los alrededores del edificio con carteles que denunciaban el peso del carbón en la economía polaca, que, de hecho, obtiene más del 90% de su electricidad de este combustible.
“Es vergonzoso que la Conferencia Internacional del Carbón tenga lugar en Varsovia coincidiendo con la segunda semana de las negociaciones sobre el cambio climático”, señaló Greenpeace en una carta abierta a la secretaria ejecutiva del Clima de las Naciones Unidas, Christina Figueras.
Polonia y el carbón
Lo cierto es que muchas delegaciones y la unanimidad de grupos ecologistas han cuestionado que Varsovia, sede de esta cumbre del Cambio Climático (COP19), acoja entre hoy y mañana la Cumbre del Carbón y del Clima, donde se van a dar cita los representantes más importantes de la industria del carbón.
La ciudad de Cracovia es una de las poblaciones más contaminadas de Europa gracias a su cercanía a las cuencas mineras y a la industria metalúrgica del sur del país.
En Polonia, país productor (el noveno en el mundo en 2012) y gran consumidor de este carburante, el lobby del carbón tiene un peso considerable en la política interna.El ministro polaco de Medio Ambiente, Marcin Korolec, presidente también de esta COP19, afirmó que la cumbre del Carbón es “uno más de los cientos de encuentros que se organizan en el marco de la cumbre de las Naciones Unidas”.
Lo cierto es que Polonia es reacia a abandonar su dependencia del carbón, temerosa del coste económico que puede tener un salto a las energías verdes, una actitud que llevó a que el pasado año el país centroeuropeo vetase varias iniciativas comunitarias que de prosperar habrían reducido las emisiones de carbón a partir de 2020.