Por: Rebeca Vaisman
Siendo un ambientalista comprometido, ¿cómo introdujo en casa la conciencia por el cuidado del medio ambiente y la naturaleza?
Como algo natural, mostrando cómo el respeto a la vida en todas sus expresiones es una manera de respetarse a sí mismo. Eduqué a mis hijos subrayando siempre que quizá la Tierra es uno de los únicos lugares donde hay vida inteligente. Tomar conciencia de esa posibilidad cósmica me ayudó a inculcarles responsabilidades desde niños.
Si compara cómo fue inculcar esta filosofía en sus hijos mayores, Viva y Marcel, con sus nietos o con su hija Valentina (10), ¿cree que es diferente?
Es más fácil con las nuevas generaciones, porque el acceso a internet incorpora a uno, sin saberlo, a la red de millones de redes. Esa visión sistémica, que está presente en el día a día de los niños como parte de su ADN, se convertirá en una gran herramienta a la hora de buscar soluciones técnicas y compromisos éticos.
Las noticias y los informes sobre el calentamiento global son cada vez más preocupantes. ¿Cómo hace para no perder la fe en que no se equivocó a la hora de elegir una causa por la cual seguir luchando?
Cuando miro a mis nietos, pienso: “No puedo dejarles el problema a ellos; tengo que ayudar a resolver este problema ahora”. La única manera de mantener la ilusión es trabajando por transformar la sociedad, confiando que esto es posible, aunque nos tome toda una vida. Pensar en el largo plazo es clave. No debemos desmayar ante las frustraciones del corto plazo, aunque el cambio climático ya está y viene fuerte.
Sus nietos, Manu y Milu, viven en Argentina. ¿Cómo lidia con la distancia?
Viven en Mar del Plata con mi hija Viva y mi yerno Emiliano. Duele no compartir el día a día.
¿En qué mundo se imagina que vivirán ellos?
Espero que ellos y mi hija Valentina, que tiene apenas 10 años, vivan en un planeta consciente del valor de su diversidad cultural y biológica. Y espero que trabajen para consolidar una economía más verde, creando empresas cuyo propósito sea que todos ganen: los accionistas y la humanidad.