La Real Sociedad Geográfica de Londres seleccionó una muestra de las fotografías ganadoras del premio Atkins CIWEM, por retratar el cambio climático y el desarrollo sostenible en 2014.
En los últimos siete años, el premio que otorga la CIWEM (Institución Colegiada para la Gestión del Agua y del Medio Ambiente) y que patrocina la fundación Atkins, es uno de los certámenes fotográficos que más rápido ha crecido en volumen y prestigio. Este año, recibieron más de 13 mil fotografías de más de 40 países.
“El Environmental Photographer of the Year es un certamen en el que rara vez se verán alucinantes imágenes de insectos o capturas de fauna salvaje en acción. Lo que esta exposición ofrece es otra manera de entender nuestro ambiente e ir a algo más profundo para encontrar esas ideas que nos hacen estremecer, o derramar una lágrima de dolor o incluso de alegría”, explica Paul Horton, responsable de la CIWEM y también jurado del concurso.
A continuación mira las mejores fotografías:
‘En busca de vida’, de Mohammad Fahim Ahamed Riyad, Ganador del Premio Atkins CIWEM Environmental Photographer of the Year 2014. Un bombero busca indicios de vida después de un incendio en Dhaka, Bangladesh. Cerca de 400 casas fueron destruidas, el motivo del incendio sigue aún hoy sin conocerse y a pesar de que hubo víctimas mortales, las autoridades no reconocieron nunca que hubiese habido fallecidos.
‘La vida en el círculo’, de Faisal Azim, ganador del premio ‘Paisaje urbano’ Atkins 2014.
‘Envolviendo al árbol superviviente’, de Luke Duggleby, ganador del premio de la Comisión Forestal de Inglaterra. Un grupo de monjes budistas de Camboya bendice uno de los árboles supervivientes en una zona destruida para dar paso a una plantación de bananas.
La escasez de agua potable se ha convertido en un problema habitual para la población rural de Sundarban, en Bengala Occidental, India.
Agbogbloshie, en Accra (Ghana), es uno de los mayores vertederos de residuos electrónicos en el mundo.
Son algunas de las víctimas del escape de gas que la planta de Union Carbide tuvo hace tres décadas en la ciudad india de Bophal y que hoy sigue afectando a medio millón de personas.
Desde 1960, la isla de Ghoramara ubicada en Bengala Occidental, en India, lleva sufriendo la erosión gradual y progresiva causada por los efectos del cambio climático.
Una carretera colapsada entre Skipsea y Ulrome, al este de Yorkshire, en Inglaterra. En los últimos años, el incremento de las tormentas explosivas en el Atlántico y los cambios de temperatura están acelerando y acentuando el proceso de erosión en esta línea costera británica, como consecuencia del cambio climático.
La población del pequeño resort costero de Swakopmund, en Namibia. uristas estacionales, jóvenes locales que viven del turismo y la tribu de los Himba, que mantiene su vestimenta tradicional y baja desde el norte para vender artesanía a los turistas.
Un suburbio en Shanghai, con edicifios semiderruidos en primer plano, que han quedado de forma temporal en pie mientras se preparada el terreno para la construcción de nuevos rascacielos.
El tifón Yolanda no solo dejó montañas de escombros y centenares de muertos tras su paso por Filipinas el pasado 8 de noviembre de 2013, en barrios de la ciudad de Tacloban (como el de la imagen) también dejó barcos varados en tierra como el Eva Jocelyn. Aun hoy, seis meses después, miles de personas continúan sin hogar y tratan de rehacer sus vidas.
Una planta fotovoltaica solar cerca de Molinejo, Málaga. El fotógrafo valenciano Ignacio Evangelista explora en esta serie el impacto visual que algunas de estas energías limpias tienen sobre el paisaje.
La torre de Gemasolar en la planta de Fuentes de Andalucía, en Sevilla, es una innovadora instalación que usa de una nueva forma la energía termosolar.
‘Consumption’ es una vista de pájaro a los millares de contenedores del puerto de Barcelona, uno de los puntos de entrada de bienes y productos más grandes de Europa.
Un indígena Munduruku y un miembro de la policía federal discuten durante una ocupación de una prensa en Belo Monte, cerca de Altamira, en Brasil. Esta será la primera de una serie de presas que se planean construir a lo largo del Amazonas.
Fuente: El País.
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