Desde que Estados Unidos viene perdiendo 86% de nieve anual en las montañas de California, Obama ha mencionado en repetidas ocasiones que los líderes políticos no tienen otra opción que la de hacer frente al impacto del calentamiento global.
“Fue un momento de ‘Houston, tenemos un problema’”, explicó el consejero de la Casa Blanca John D. Podesta, uno de los dos asesores que acompañaban al presidente ese día.
Tras varios años dejando el cambio climático en segundo plano, el presidente estadounidense ha decidido introducirse de lleno considerándolo uno de los componentes clave de su legado, según recoge ‘The Washington Post’.
Obama se mantiene informado regularmente sobre la cuestión del cambio climático y está tratando de recortar las emisiones de gas de efecto invernadero de las plantas nucleares y otras principales fuentes, así como de llevar adelante una serie de estrictas normas sobre eficiencia del combustible de camiones pesados.
Y mientras se reúne, de forma habitual, en cumbres sobre cambio climático con otros líderes mundiales, también debate esta cuestión en su vida privada, explicándole las implicaciones del calentamiento global a sus hijas adolescentes.
“Esto es real para él”, sostiene Cecilia Muñoz, que dirige el consejo de política nacional de la Casa Blanca y ayuda a coordinar la inversión federal para proyectos de infraestructuras de resiliencia al cambio climático. “Es personal para él”.
Los retrasos de Obama sobre la construcción del Keystone XL
Esta transformación la define el ‘Post’ como “importante”, sobre todo para un político que cuando fue senador se dirigía en grandes términos a la necesidad de combatir el cambio climático pero que adoptó un enfoque más restringido en el período previo a su reelección, en 2012.
Los defensores del medio ambiente también han notado este “desinterés” de Obama, principalmente por su retraso a la hora de tomar una decisión sobre el Keystone XL, un oleoducto que uniría la región canadiense de Alberta con Nebraska y cuya construcción debe aprobarse desde la Casa Blanca.
La decisión de aprobar o no este conducto, que tendría que atravesar la frontera, se ha postergado porque el Gobierno aún no ha determinado los pros y los contras de su construcción: mientras sus defensores creen que podría ayudar a Estados Unidos a reducir su dependencia energética del petróleo de “países no confiables”, los que lo rechazan hacen alusión a la cantidad de riesgos medioambientales.
El sector se preocupa por la nueva postura de Obama
Los líderes de los sectores del carbón y del gas se están alarmando cada vez más ante el renovado enfoque de Obama sobre el cambio climático y sostienen, entre otras cosas, que las políticas del Gobierno no son realistas y que no reconocen las capacidades de medidas como la fracturación hidráulica a la hora de extraer petróleo y gas del suelo.
Entre ellos está el presidente de ‘American Fuel & Petrochemical Manufacturers’, Charles T. Drevna, que se pregunta por qué el Ejecutivo estadounidense está centrándose ahora en esta cuestión. “¿Es porque lo prometió cuando llegó a la Presidencia? ¿O porqué tienen algún donante por ahí que le da un montón de dinero? ¿O es realmente porque lo cree y le apasiona hacerlo?”, se pregunta.
Como senador del estado de Illinois, Obama pronunció su principal discurso sobre cambio climático. El día que ganó las presidenciales en 2008 lo definió como “el momento en el que la subida del nivel de los océanos empezó a bajar y el planeta comenzó a curarse”.
Una vez presidente, aprobó por primera vez una limitación a las emisiones de automóviles y camiones ligeros. Pero esta medida se estancó en 2009 en el Senado, y durante su primer mandato, los asesores de Obama se situaron en posiciones contrarias sobre la agresiva manera de impulsar la política climática en un momento en el que la principal importancia era la economía.
“Entonces había una sensación de que no era el tipo de cuestión que había que poner en primer lugar”, asegura William M. Daley, jefe de gabinete de la Casa Blanca. “Con respeto a todos mis amigos de la comunidad medioambiental, poner esta cuestión al frente de su agenda política era como colocarse una pistola en la cabeza”.
El huracán ‘Sandy’ ayudó a Obama a convencerse de la necesidad de Estados Unidos de repensar la manera de reconstruirse después de los desastres. Ahora, Obama presentará este martes una nueva estrategia revitalizada sobre cambio climático. En 2009 la evaluación nacional sobre el clima de Obama sólo la cubrieron un par de medios regionales. Esta vez, el presidente dará entrevistas desde la Casa Blanca, contando con meteorólogos de la televisión local y nacional y acompañado por otros altos cargos del Gobierno.
Podesta, el consejero de la Casa Blanca, cree que los estadounidenses estarán más dispuestos a aceptar nuevos límites a las emisiones de carbono si conocen su impacto. “Si saben que sentirán los riegos en sus propias vidas, estarán más dispuestos a actuar”.