La Corte Internacional de Justicia revocó los permisos de caza de ballenas en la Antártida a Japón debido a que no se ajustan a «fines científicos».
Según el fallo, los permisos concedidos a dicho país en 1987 no cumplen con las provisiones contenidas en el artículo VIII de la Convención Internacional para la Reglamentación de la Caza de Ballena, el cual la reconoce únicamente con fines científicos o para la subsistencia de la población aborigen.
«Por 12 votos a cuatro, la Corte decide que Japón tendrá que revocar cualquier permiso o licencia relacionado con el programa Jarpa II y evitar pedir otros permisos en el contexto de ese programa», anunció el presidente del tribunal, Peter Tomka.
Si bien el II Programa Japonés de Investigación sobre Ballenas en el Antártico bajo Permiso Especial (Jarpa II, por sus siglas en inglés) contiene objetivos científicos, en la práctica se ha desarrollado de manera «poco transparente», como por ejemplo, en la caza por temporada de 850 ejemplares de rorcual aliblanco, 50 de ballena jorobada y 50 de rorcual común.
Japón no pudo justificar las razones por las que aumentó el tamaño de su muestra ni porqué incluyó otras especies de cetáceos.
La denuncia fue interpuesta en el 2010, impulsada por Australia y Nueva Zelanda, que afirmaron que el programa tenía fines comerciales. Durante las audiencias orales, las autoridades australianas indicaron que Jarpa II contenía un objetivo indefinido, al basarse únicamente en el «control de los cambios en el ecosistema antártico».
Datos:
En los últimos 20 años, unas 10 mil ballenas han muerto a manos de balleneros japoneses.
La caza de ballenas está prohibida a nivel internacional desde 1986.
Con información de: EfeVerde.