Por: Green Schools Perú
La importancia de la introducción de conceptos y prácticas sostenibles en la educación se ha incrementado exponencialmente en las últimas décadas, más aún luego que los impactos del cambio climático se han hecho más evidentes alrededor de todo el planeta. A todos los esfuerzos por concienciar a la población adulta de los impactos en el medio ambiente que generan nuestras actividades se suman innumerables acciones con el objetivo de evitar que las futuras generaciones cometan nuestros mismos errores.
El ambiente idóneo para trasmitir conocimientos de cuidado de nuestro entorno y fortalecer una conciencia ambiental y climática, dentro de una comunidad pequeña y con gran impacto, son las instituciones educativas. Las acciones que se tomen en este espacio podrán fomentar una conciencia ambiental en los estudiantes que dichas instituciones forman.
Es por eso que el concepto de ecoeficiencia a través de la implementación de acciones y el fomento de actitudes enfocadas en la reducción de consumo de agua, energía, residuos sólidos y combustible entre otros, genera en las instituciones educativas interrelaciones dinámicas. Los profesores, estudiantes y trabajadores se relacionan en torno a un objetivo común, realizar una actividad eficiente con el menor impacto posible en su entorno.
Es aquí que la diversidad de herramientas que se pueden usar para trasmitir el concepto de sostenibilidad se hace muy amplia, entre estas herramientas una ligeramente ya conocida entre las instituciones educativas como es el carpooling. Ligeramente conocida, ya que desde hace muchísimos años el servicio de “movilidad escolar” ha sido una forma indirecta de realizar carpooling. Sin embargo, siempre se enfocó este servicio desde el punto de vista de ahorro de tiempo para los padres de familia que no podían llevar a sus hijos a la escuela, sin cuantificar el ahorro en combustible y emisiones de carbono que los vehículos de los padres dejan de emitir al no realizar el trayecto de sus casas a los centros educativos.
Actualmente existen alrededor de 3000 unidades que realizan este servicio en nuestra capital, unidades que según el presidente de Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (OPECU) es aún insuficiente para cubrir la demanda total.
(Fuente, RPP)
Este servicio si bien es necesario puede potenciarse para generar una conciencia ambiental en los estudiantes que transporta. Por otro lado la implementación del carpooling en los demás estamentos de las instituciones educativas como profesores y trabajadores administrativos generaría un efecto multiplicador en la reducción del impacto ambiental generado por la actividad educativa.
Esta práctica es nueva en el Perú, en nuestro país la costumbre de andar cada quien con su carro es un símbolo de estatus social, es una costumbre ajena a cualquier conciencia ambiental, para cambiar esta visión se debe trabajar desde varios frentes. Uno de los más importantes es la educación ambiental, la cual permitirá a los futuros ciudadanos de nuestro país cambiar esa costumbre. Existen algunos colegios que incentivan esta práctica como una actividad permanente o en fechas específicas, lo cual está marcando una tendencia cada vez más grande en las instituciones educativas.
(Doorway, Newton College)
Es así que la frase de Albert Einstein “educar con el ejemplo no es una manera de educar, es la única” se aplica perfectamente cuando se trata de trasmitir conceptos de ecoeficiencia a través de la educación ambiental. Lo mejor es EDUCAR CON LA ACCIÓN, BUSCANDO UNA EDUCACIÓN Y UN AHORRO SOSTENIBLE.