En su tierra, Sacaco, un pueblo desértico en el sur del Perú, Josefina Rojas cuida fósiles de ballenas. Ella, que tiene cuarenta años viviendo en la zona, nos contó sobre los cambios producidos en el clima: el sol, cada vez más abrasador, no deja crecer a las plantas, y el viento sopla con creciente intensidad.

Josefina protege su chacra del viento a través de redes. Además, cuida constantemente sus árboles para que no queden enterrados bajo los cerros de arena. Ella -junto a su perro ‘Beethoven’- es la guardiana de este museo de ballenas ubicado en pleno desierto. Zona que, alguna vez, estuvo en el fondo del mar…

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