En Gilbert, Arizona (Estados Unidos), científicos de la NASA están desarrollando una tecnología capaz de informarnos precisamente sobre el cambio climático.
Con el satélite Orbiting Carbon Observatory (Observatorio Orbital de Carbono) OCO-2, la NASA se propone convertir el espacio en una nueva forma de estudiar el cambio climático. El costo de la construcción y lanzamiento del satélite es de 468 millones de dólares. (Más información en la página del proyecto)
Según los expertos, el estudiar el cambio climático desde el espacio permite darnos cuenta de que se trata de un fenómeno global. Como afirma Charles Bolden, administrador en la NASA: “el océano es uno sólo, contrariamente a lo que piensa la gente. Lo que sucede en el Pacífico tiene consecuencias en lo que sucede en el Atlántico”.
Además, Michael Gunson, científico del proyecto, afirma que la emisión de gases tóxicos en los países en vías de desarrollo ha aumentado considerablemente. Esto afecta no sólo a las grandes áreas verdes ubicadas en estos países, sino también al resto del mundo.
El satélite permitirá medir los niveles de carbono en la atmósfera y observar la reacción de bosques y océanos. Esto, mediante la toma de 200 mil muestras diarias de la atmósfera de la tierra. A diferencia de otros satélites, el OCO-2 mostrará de forma más precisa los componentes encontrados en las muestras.
Además, el satélite permitirá rastrear fuentes de agua y vegetación para conocer su estado de salud. Estos datos estarán a disposición de la comunidad internacional.
Este no es el primer satélite lanzado desde Gilbert. En febrero de este año el Landsat 8 fue puesto en órbita con el objetivo de rastrear los cambios en el medio ambiente y prevenir desastres naturales.
Los científicos involucrados en el proyecto afirman que el OCO-2 debió haberse puesto en órbita hace mucho, pues el cambio climático es un tema urgente en la agenda mundial. Ellos señalan la responsabilidad que tiene el gobierno estadounidense de financiar este tipo de proyectos pero, además, la responsabilidad que tienen de cambiar a una economía no perjudicial para el medio ambiente.
Este tipo de herramientas resultan indispensables para la comunidad científica tanto como para los ciudadanos. Más datos disponibles son una solución al escepticismo y la desinformación sobre el tema de cambio climático.