Por Vanessa Bolívar Paypay
Organización: @LaRutadelClima
El clima y el tiempo siempre han repercutido mucho en la salud y el bienestar de los seres humanos. Y al igual que otros grandes sistemas naturales, el sistema climático ya empezó a sufrir la presión de las actividades que lleva a cabo la humanidad. El cambio climático global representa un nuevo reto para las actuales medidas encaminadas a proteger la salud de los seres humanos.
Según se prevé, entre el 2030 y el 2050 el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales cada año debido a la malnutrición, el paludismo, la diarrea y el estrés calórico.
Fuente: Centro de prensa de la Organización Mundial de la Salud OMS
¿Pero cómo nuestras sociedades pueden prevenir o mitigar los efectos en la salud que traerá el cambio climático? Hablamos de las estrategias de adaptación y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Cuando nos referimos a reducciones de gases nos acercamos a un término cada vez más popular y a una meta en común: la economía “descarbonizada”, es decir libre, de emisiones de gases causantes del cambio climático, por ejemplo el CO2. En otras palabras, hablamos de una economía que no dependa más de combustibles fósiles como el petróleo o el carbón.
Lograr la descarbonización de la economía global y los beneficios para la salud pública que esta conllevará ya no es una decisión de tipo técnico o económico, sino que se trata de una opción a nivel político.
Fuente: Conclusión del 2015 Lancet Commission on Health and Climate Change
Sin embargo, para saber qué hacer hay que saber hacia dónde ir. Los expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) han determinado que es necesario descarbonizar las economías para el 2050, con una reducción de 40% a 70% de emisiones para tener mayor probabilidad de evitar superar un incremento de 2° centígrados en la temperatura del planeta (IPCC AR5 Synthesis Report). No lograrlo traería consecuencias graves a la salud global.
Esta meta puede parecer ambiciosa, pero realizar cambios contundentes recién en la segunda mitad del siglo podría probablemente ser muy tarde para todos.
En este contexto, el Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático y por consecuencia está expuesto a mayores impactos en la salud de los seres humanos. La Organización Mundial de la Salud lo resume de la siguiente manera:
“Los efectos del cambio climático se pueden observar, por ejemplo, en la intensificación e incremento de la frecuencia de fenómenos climáticos extremos como el Fenómeno del Niño (ENSO), entre otros fenómenos a nivel mundial (inundaciones, huracanes y tifones, plagas y desplazamiento de vectores de enfermedades, alteración de condiciones de producción de alimentos”.
Fuente: Estrategia Nacional de Cambio Climático de Perú. 2014
El Perú ha planteado estrategias a corto plazo como la Estrategia Nacional de Cambio Climático con miras al 2021 y para octubre de 2015 presentaría al CMNUCC su INDC con miras al año 2030, el cual incluye una reducción de gases de efecto invernadero. Por otro lado, con miras al largo plazo el país se encuentra trabajando en el Proyecto Planificación ante el Cambio Climático con miras al 2050, el mismo que incluye una serie de documentos técnicos y científicos que buscan contribuir a un desarrollo que considere al cambio climático como un tema crucial y punto clave para el ansiado desarrollo económico, social y ambiental.
¿Pero cuánto hemos avanzado en la descarbonización de nuestra economía? El Perú debería apostar más por un futuro de energías renovables. Solo recordemos que en el 2012 solamente el 11% del total de fuentes primarias de energía correspondía a energías renovables, el resto correspondía a combustibles fósiles. En este proceso nos sumamos todos, ya sea tomando decisiones simples como elegir el medio de transporte menos contaminante, haciendo uso de una de las facultades más importantes que tenemos, compartiendo nuestra opinión, promoviendo el cambio y brindando soluciones. La decisión de lograr un acuerdo global por nuestra salud es responsabilidad de todos.
(Foto de portada: Mariano Mantel / Flickr bajo licencia Creative Commons)