El despilfarro y la mala disposición de residuos generan más de 750 billones de dólares de pérdida en alimentos cada año a nivel mundial. Su destino, ya sea en el mar o disperso en la tierra, empieza a tener impactos en la vida silvestre y alterar la forma en la que algunos animales sobreviven.


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Un estudio publicado en la revista “Biological Conservation”, y dirigido por ecologistas de la Universidad de California, señaló que nuestra actitud despreocupada puede ayudar de manera inadvertida a algunos depredadores oportunistas a aumentar su población, disminuyendo a otras especies, incluyendo a las que están amenazadas o en peligro de extinción.

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La ecóloga marina que dirige la investigación, Ann-Marie Osterback, afirmó que la sobrepesca y el aumento de residuos en los vertederos han cambiado la base de recursos de los ciclos de alimentación de animales costeros.

Por ejemplo, el número de gaviotas se ha duplicado o cuadruplicado en diferentes partes desde la década de 1980 en la bahía de Monterey. La razón se debe a que cada gaviota come menos trucha que en el pasado por alimentarse de basura y desechos pesqueros.

De la misma manera, existen algunos animales que han estado recogiendo los restos de comida que dejamos, así como lo hicieron alguna vez los lobos que se convirtieron en perros domésticos. Los desperdicios de alimentos pueden hacer aumentar el número de ejemplares una especie, como ocurrió con osos y leopardos.

Pero este no es una preocupación nueva. En la década de 1970, el Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos anunció el cierre de vertederos en el Parque Nacional de Yellowstone con la finalidad de poner fin a la alimentación artificial de los osos. De la misma manera, el cierre de un vertedero en Francia llevó a una disminución de 49% de la fertilidad de gaviotas.

Fuente: greenbiz.

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