Texto y fotos: Gabriela Avalos / gavalos@spda.org.pe 

Ubicada en la selva central del Perú, Moyobamba es una de las ciudades con el cielo más celeste y el bosque más verde del país. Al llegar, nos reciben los dulces cantos de aves -como el de la Chicharra, que, después de un día lluvioso, se hace notar entre las demás especies- y disfrutamos del calor acogedor que brota del Cedro, la Caoba y el Aguaje, especies de árboles que abundan en el Bosque de Protección de Altomayo, en la región de San Martín, el mismo que cada año se ve afectado debido a la tala ilegal y a la extracción ilícita de especies nativas.

Es por esto que, aunque sean pequeñas, todas las iniciativas para su conservación suman, y tienen un valor significativo para la gente que cuida y respeta los recursos en la zona.

Cinana Perú es uno de esos proyectos que busca mantener en armonía los recursos forestales y las especies de abejas nativas en la provincia. Para ello, este colectivo ha formado el primer Centro de Investigación de Abejas Nativas del Perú, que colabora con el cuidado de más del 40% de árboles nativos del Bosque e impulsa que se replique su iniciativa en otras comunidades.

¿Cómo trabajan? Cinana Perú introduce cajas inteligentes -o también llamadas “extractoras”- en el Bosque, con el fin de preservar y mantener los árboles florales de los que se abastecen las abejas Meliponas, una especie que no posee aguijón y que resulta fácil de manejar.

Antonio Cilloniz, el principal impulsor del proyecto, cuenta que esta iniciativa colabora para mantener más del 38% de los árboles vegetales que son depredados para extraer la miel altamente curativa que poseen las abejas. Es importante tener en cuenta que, de acuerdo con un estudio de Conservación Internacional, esta provincia tiene más de 230 mil hectáreas deforestadas.

”Nuestra preocupación es conservar el Bosque para que la ciudad de Moyobamba tenga un abastecimiento sostenible de agua”, detalla.

Antonio Cilloniz en el Meliponario

Antonio Cilloniz en el Meliponario

Hoy, este proyecto ayuda a más de 10 familias que se encuentran replicando la iniciativa en otras comunidades. Ellas han colocado las cajas extractoras en los aleros de sus casas, lo que no solo les permite generar ingresos a través de la venta de esta miel que ha sido obtenida de manera sostenible, sino también colaborar con una actitud conservacionista pro Bosque Altomayo. Según Cilloniz, esta miel floral cura algunos males estomacales y problemas de visión.

Si bien colocar estas abejas en cajas podría parecer una acción drástica o reprochable, el apicultor nos cuenta que este proyecto es, hasta el momento, el más eficiente en la región. «Introducimos estas cajas en su hábitat natural y, después, dividimos los nidos para, así, dejar abejas en el Bosque Altomayo y, además, abastecer de miel a las personas que, de otra manera, la obtendrían ilícitamente. Con esta labor no estamos desestabilizando a las Meliponas, al contrario, creamos más nidos para evitar su extinción”, explica.

Cajas extractoras en el alero de una casa en Moyobamba

Cajas extractoras en el alero de una casa en Moyobamba

Al observar el panorama con los pobladores de la zona y la ubicación de sus casas, queda claro que todavía no hemos aprendido a convivir con la naturaleza ni a conservarla. Las 212 hectáreas en las que trabaja el Centro de Investigación de Abejas Nativas del Perú colindan con el nacimiento del Río Mayo, que abastece de agua a la ciudad y a la provincia de Rioja. Solo basta acercarse un poco para poder ver cómo la tala está arrasando con todo a su paso.

“El Bosque es una esponja natural que va dosificando la capacidad de agua que abastece a toda la ciudad y es una pena que se siga depredando sin pensar en ello”, dice Cilloniz.

Con más de 5 años investigando la zona, él nos explica que esta iniciativa también contribuye a generar responsabilidad ambiental en los gobiernos regionales y reducir aquellos conflictos socioambientales originados por la extracción ilícita de miel.

Antonio Cilloniz en el Centro de Investigación de Abejas Nativas del Perú

Antonio Cilloniz en el Centro de Investigación de Abejas Nativas del Perú

Jhon Tellez Cahuaza, uno de los integrantes de Cinana, cuenta que, a diario, encuentra personas que cortan un tronco o árbol del área de conservación Mishquiyacu-Rumiyacu para extraer miel de las Meliponas. “En la región, casi todas las familias tienen cajas para los nidos de estas abejas, pero con la idea de que sirvan para una comercialización posterior. Nosotros queremos cambiar estas cajas por otras más sostenibles y efectivas, además de enseñarles a conservar las abejas”, comenta Jhon.

Según explica Cilloniz, en este proyecto se puede involucrar a niños de las zonas tropicales del país interesados en cuidar los árboles, quienes podrían convertirse en futuros guarparques. “Estas abejas, por ser mansas, pueden dejar de ser extraídas de forma brutal y desarrollarse en pequeños espacios de las casas, como los huertos”, dice.

Cajas primarias

Cajas primarias

Fuente: Antonio Cilloniz

Fuente: Antonio Cilloniz

Por ser una actividad económicamente viable y sencilla, el proyecto, incluso, podría ser replicado en las cárceles de la región, como el penal San Cristóbal de Moyobamba. “Estas abejas pueden ser manipuladas por cualquier persona que esté capacitada, y permiten generar espíritu de conservación y desarrollar capacidades de trabajo en equipo”, comenta.

Cinana Perú -que, además, maneja otros proyectos, como la creación de biohuertos en Lima- es el único colectivo que ha iniciado una investigación sobre abejas nativas en la región San Martín. “No existe información sobre estas especies, a pesar de que exportamos entre 100 y 150 toneladas de miel al año”, señala Cilloniz.

Mediante esta iniciativa no solo se está colaborando con la conservación en el Perú, sino que se ha capacitado a una gran parte de habitantes de las 14 comunidades de Moyobamba y se ha logrado conectar a la gente con el medio ambiente. Según el representante, pronto se iniciarán nuevas investigaciones en Iquitos.

“Aunque este proyecto requiere una gran inversión económica y, sobre todo, humana, siento que es posible replicar este proyecto en todas las zonas cálidas del Perú y seguir creando conciencia ambiental”, finaliza.

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Queremos agradecer, de manera especial, a la línea aérea Peruvian por colaborar con el transporte a Moyobamba y, así, permitirnos llegar al Centro de Investigación de Abejas Nativas del Perú.

Para conocer otras iniciativas de Cinana Perú, revisa este link.

 

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